sábado, 19 de marzo de 2011

REPORTAJES

Las 14 faenas mineras abandonadas más riesgosas del país.

Una información vital para la seguridad de los chilenos fue despachada el 13 de enero desde la dirección nacional del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin). El oficio N° 00264 contenía datos clave: los nombres y la ubicación de las 14 faenas mineras abandonadas que fueron clasificadas como “pasivo ambiental minero” tras la evaluación de un comité interdisciplinario del Servicio. Es decir, faenas que “constituyen un riesgo significativo para la vida o salud de las personas, o para el medio ambiente”.

Entre los operadores de estas verdaderas bombas de tiempo figuran tres empresas del Estado: Codelco Chile (División El Salvador), Enami y Enacar. El resto de las faenas pertenece a empresarios privados.

Los peligros que los expertos de Sernageomin identificaron en estos pasivos mineros son de dos tipos: riesgos de contaminación y de seguridad. Respecto a las consecuencias atribuidas a ellos, estas van desde “despreciables” hasta “catastróficas”.

Por ejemplo, en los 14 pasivos hay probabilidad de que ocurran accidentes con consecuencias “moderadas”, “altas” e incluso “catastróficas”. En este último caso se encuentra la Planta Ojancos, ubicada en medio de la ciudad de Copiapó, en la región de Atacama.

Ojancos fue evaluada por Elizabeth Cortés y Cecilia Adasme el 21 de octubre de 2010. En su informe señalan que un escenario de “liberación violenta de relaves depositados en tranques que podría afectar personas”, tiene una probabilidad “media”, con una consecuencia “catastrófica”.

De acuerdo a los antecedentes reunidos por Ciper, la Planta Ojancos dejó de operar en 1997 y es propiedad de la Compañía Minera y Comercial Sali Hochschild S.A., empresa presidida por Joaquín Errázuriz Hochschild y Hernán Hochschild Alessandri, ex presidente y actual director de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami).

Otra faena altamente riesgosa es La Higuera, ubicada en la comuna del mismo nombre en la región de Coquimbo. La Higuera fue evaluada por Vinka Rakela, Roberto Ponce y Jorge Campos el 9 de junio de 2009. En su informe señalan que hay una alta probabilidad de que se produzca un hundimiento o colapso de la superficie de la mina, con consecuencias “catastróficas” para las personas, el medio ambiente o las actividades económicas que se desarrollen en la superficie.

En el caso de este pasivo, Sernageomin no entrega el nombre del operador de la faena y tampoco da información que permita identificar a sus propietarios.

Las evaluación de la Planta Río Huasco, que pertenece a la Minera San Esteban I, (los mismos que operaban la mina San José), se realizó el 29 de octubre de 2009. Estuvo a cargo de Elizabeth Cortés y Jorge Campos. En su informe, identifican riesgos de contaminación y seguridad. Sobre los primeros, se informa que hay una probabilidad “alta” con una consecuencia de severidad también “alta” que quienes desarrollan actividades en la superficie de los relaves, de los acopios y suelos contaminados puedan ser afectados “por inhalación, ingestión accidental o contacto dérmico”.

ARICA:

Planta San Carlos. Está ubicada en la comuna de Arica. La planta colinda con el mar y un río, y el lugar es visitado con fines recreacionales y por quienes practican la pesca. De acuerdo a la evaluación de los expertos de Sernageomin hay una probabilidad “media” de que quienes desarrollan actividades en la superficie de los relaves, de los acopios y suelos contaminados puedan ser afectados “por inhalación, ingestión accidental o contacto dérmico”. Ello tendría consecuencias “moderadas”. En el área de seguridad, las probabilidades de caerse y sufrir accidentes producto de los restos de la faena que están repartidos en el lugar (depósitos, relaves, estructuras) son medias, y pueden tener consecuencias severas. Esta faena pertenece a Enami y fue evaluada en mayo de 2010.

TARAPACÁ:

Faena Casilla. Está ubicada en la comuna de Pica y sus mayores riesgos son de seguridad, y se refieren a las caídas que pueden sufrir personas como consecuencia de los desniveles en las instalaciones de la faena. Casilla es una faena artesanal, que era operada por pirquineros y fue evaluada en septiembre de 2009.

Ex Planta Tarapacá. Está ubicada en la comuna de Pozo Almonte, a 900 metros del poblado del mismo nombre. La carretera panamericana pasa a una distancia aproximada de 500 metros, y muy cerca de la faena hay un pozo de agua. Los evaluadores identifican riesgos de seguridad y de contaminación. Entre estos últimos, que los residuos peligrosos (como el ácido sulfúrico que se usaba en el procesamiento del oro) de los cuales hay restos en estructuras, equipos o en el suelo, “podrían contaminar los recursos hídricos superficiales, afectando personas, medio ambiente o actividades económicas”. Como la faena fue mal cerrada, hay probabilidades de que se produzcan caídas de rocas, estructuras remanentes o elementos inseguros sobre las personas. La ex Planta Tarapacá, cuando se paralizó, era operada por el Grupo Minero Errázuriz, cuya cabeza es Francisco Javier Errázuriz. En noviembre del año pasado anunciaron una inversión aproximada de US$ 140 millones para 2011 en esa misma región a través del proyecto “Cosayach Norte Norte”. Fue evaluada en mayo de 2010.

ANTOFAGASTA:

Faena Minera Incomin. Está ubicada en la comuna de Antofagasta, y en sus entorno hay casas (a 150 metros) y áreas verdes (10 metros). En su evaluación los expertos identifican dos riesgos de contaminación que podrían tener consecuencias “moderadas”: que se produzca una “infiltración de drenaje”, lo que podría contaminar los recursos hídricos subterráneos, “afectando personas, medio ambiente o actividades económicas”. También se alerta sobre los efectos que la movilización de material particulado puede tener en la salud de las personas, el medio ambiente y las actividades económicas. La faena Incomin es propiedad de Enami y fue evaluada en Noviembre de 2009.

Mina Montecristo: está ubicada en la comuna de Tal Tal, y uno de sus botaderos (lugar donde se deposita material de desecho de la actividad minera) se encuentra a 12 kilómetros de la carretera que une Paposo, Antofagasta y Tal Tal. Los evaluadores identifican riesgos severos en materia de seguridad, y con probabilidades medias de ocurrir: que falle el talud (la parte inclinada del muro) de los botaderos; o que colapsen otros sectores de la faena, con consecuencias graves para las personas y el medio ambiente. Según el Sernageomin esta faena está “abandonada”. Sin embargo, a fines de febrero, tras un accidente ocurrido en las cercanías del lugar, el seremi de Minería de Antofagasta, Rodrigo Mendiburu, denunció que la faena estaba operando pese a que “no tenía permiso para funcionar”. La faena es propiedad de Eulogio Gordon y fue evaluada en octubre de 2010.

ATACAMA (la región con más pasivos):

Planta Río Huasco. Está ubicada en la comuna de Caldera, en las cercanías de la Playa Pulpo, donde se practican deportes náuticos. De hecho, en un informe anterior de Sernageomin se señala que el viento arrastra material del tranque de relaves de esta planta a la citada playa. Los riesgos más severos de la faena están asociados a problemas de contaminación. Los evaluadores señalan que hay probabilidades “media” y “alta” de que las personas que circulan por el lugar, o desarrollan actividades económicas, se vean afectadas por la “inhalación, ingestión accidental o contacto dérmico” con el relave, los acopios o los suelos contaminados. Las consecuencias de ello son altamente severas, se advierte, en su evaluación que fue realizada en octubre de 2009. La Planta Río Huasco fue explotada por la Compañía Minera San Esteban I, cuando su dueño era Jorge Kemeny Letay, padre de uno de los actuales dueños de la empresa, Marcelo Kemeny. La misma compañía es la operadora de la Mina San José, en donde quedaron atrapados 33 mineros en agosto de 2010.

Planta Ojancos: está faena abandonada está ubicada casi en el centro de la ciudad de Copiapó, paralela al río, y el polvillo de sus tranques invade barrios como El Palomar y Rosario. Para los evaluadores de Sernageomin, sin embargo, el mayor peligro es que esos tranques colapsen y se produzca una “liberación violenta” de relaves, con consecuencias “catastróficas”. Ojancos pertenece a la Compañía Minera y Comercial Sali Hochschild S.A. y fue evaluada en octubre de 2010.

Planta las Cascadas y Zanja de Relaves: Esta antigua faena ubicada en la comuna de Diego de Almagro, 2 kilómetros al Este del campamento de Llanta, terminó de operar a fines de la década de los ’80. En el “First International Seminar on Environmental Issues in the Mining Industry” de 2009, Sernageomin y Codelco la describen así: “Existen restos de estructuras, fundaciones de hormigón y remanentes de relaves distribuidos en un área de aproximadamente 15 hectáreas”. Los peligros que identifican los evaluadores son fundamentalmente de seguridad: accidentes por caída en desnivel; ingesta inhalación o contacto dérmico de personas con residuos peligrosos; caída de rocas u otros elementos inseguros sobre personas. Codelco, a través de su División Salvador, fue la operadora de esta planta y su relave. Fue evaluada en septiembre de 2008.

COQUIMBO:

La Higuera. Está ubicada en la comuna del mismo nombre y es uno de los pasivos con más riesgos de contaminación, y en niveles serios: altamente probables de ocurrir y con consecuencias severas. Básicamente, los evaluadores prevén que puede producirse “movilización de material particulado” por acción del viento, que puede afectar a las personas y al medio ambiente; inhalación, ingestión accidental o contacto dérmico con materiales tóxicos por parte de quienes desarrollan sus actividades en las superficies de los relaves o sobre el suelo contaminado. En el tema seguridad, los evaluadores alertan sobre la probabilidad de que se produzca un accidente con consecuencias catastróficas: un hundimiento del terreno, que podría provocar “agrietamientos mayores” que van a afectar a personas y al medio ambiente. Sernageomin no identifica al operador de esta faena. Fue evaluada en junio de 2009.

Ex Planta California: está ubicada en la comuna de Illapel, aproximadamente a 500 metros del poblado del mismo nombre. Hay poblados cerca y la carretera que une Illapel con Salamanca corre a 100 metros de esta faena abandonada. El Río Illapel también está en las cercanías y hay un bosque ubicado casi en el mismo sector de la planta abandonada, según informó Sernageomin en un reporte previo. En su evaluación, el Sernageomin identifica una serie de peligros por seguridad, entre los que llama la atención la “caída de rocas o elementos inseguros sobre personas” y la “liberación violenta de relaves depositados los tranques que podrían afectar personas”. En agosto de 2009, ante el concejo municipal de Illapel, llegaron denuncias por un posible colapso de sus residuos. En mayo de 2010, los inspectores de Sernageomin realizaron su evaluación. Esta planta fue operada por Waldo Nazer Esbir.

VALPARAÍSO:

Minera La Paciencia. Está ubicada en la comuna de Rinconada. Al norte del tranque hay aproximadamente 50 casas (Población Los Caracoles), que se ubican a 100 metros de la faena. Se trata de una zona agrícola: hay árboles, ganado que pasta y un canal de regadío de pastizales, informa el Sernageomin en un reporte previo. Los mayores peligros, según los evaluadores del Servicio, están vinculados a problemas de contaminación: “movilización de material particulado” por acción del viento, que puede afectar a las personas y al medio ambiente; inhalación, ingestión accidental o contacto dérmico con materiales tóxicos por parte de quienes desarrollan sus actividades en las superficies de los relaves o sobre el suelo contaminado. En 2009, el entonces director regional de Sernageomin, Carlos Arias, denunció en un oficio que el relave está “a menos de 100 metros de la Población Los Caracoles, por lo cual se encuentra vulnerable al riesgo ambiental que genera el depósito, asociado a las partículas de material sólido en suspensión y al colapso de la infraestructura detonado por movimientos telúricos o procesos de remociones en masa de laderas”. Esta faena fue evaluada en marzo de 2009 y pertenece a Hans Hein Steager.

REGIÓN METROPOLITANA:

Planta Lo Águila II. Está ubicada en la comuna de Curacaví. De acuerdo al informe de los evaluadores el escenario de más peligro es que se produzca una “movilización de residuos peligrosos” que aún quedan en la planta y pueden contaminar recursos hídricos superficiales, afectando personas, medio ambiente o actividades económicas. La Compañía Minera Curacaví operaba este yacimiento de oro y cobre. La evaluación fue realizada en septiembre de 2010.

REGIÓN DEL MAULE:

Ex Minera Las Palmas. Está ubicada en la comuna de Pencahue, en una zona eminentemente agrícola y ganadera. El año pasado, el terremoto del 27 de febrero provocó el derrumbe del tranque de relaves ocasionando la muerte de cuatro integrantes de la familia Gálvez Chamorro. El informe del Sernageomin señala que la empresa fue sancionada por “medidas correctivas incumplidas”. En el detalle de la evaluación se identifican más de una decena de peligros de seguridad, entre los que figuran el hundimiento o colapso de la superficie, la caída de rocas y estructuras que podrían afectar a personas y/o el medio ambiente con consecuencias “severas”. Pertenece a la Sociedad Contractual Minera (SCM) Tambillos en la que participa un hijo del empresario Francisco Javier Errázuriz, con otras propiedades mineras en esta misma nómina.

REGIÓN DEL BÍO BÍO:

Mina Ex Central Plegarias. Está ubicada en la comuna de Curanilahue, en una zona agrícola y ganadera. Hay bosques a 200 metros y el Estero Plegarias corre a una distancia de 75 metros. La población Villa Plegarias está a una distancia de 280 metros de la mina, informa el Sernageomin en un reporte anterior. En su informe, los evaluadores identifican solamente riesgos de seguridad, dos de los cuales pueden tener consecuencias severas: la caída de rocas y otros elementos inseguros sobre personas, y la “asfixia por inmersión”. Esta antigua mina pertenece a la Empresa Nacional del Carbón (Enacar).

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