viernes, 5 de agosto de 2011

El menor de los 33 mineros dice que estaba mejor en la mina.
A un año del derrumbe que sepultó a 33 mineros en una mina en el norte de Chile, Jimmy Sánchez, el menor del grupo, dice que estaba más tranquilo adentro de la mina.
Los recuerdos de esos 69 días de encierro a más de 600 metros de profundidad atormentan a este joven que acaba de cumplir los 20 años y que a un año del derrumbe se encuentra sin empleo y asumiendo recién el drama que le tocó vivir, señaló AFP.
"Como que ahora estoy asumiendo todo lo que me pasó", cuenta Jimmy en el living de su casa -vive allí parte del tiempo y el resto con su novia- en una población de Copiapó, una ciudad 800 kilómetros al norte de Santiago que vive de la minería.
"Adentro estaba más tranquilo. Ahora estoy raro. He cambiado, no soy el mismo de antes. Antes era más alegre, salía siempre, me gustaba conversar. Ahora no salgo, me siento solo", relata con angustia este joven.
Jimmy era el minero más joven de los 33 que quedaron encerrados el 5 de agosto de 2010. Llevaba sólo unos meses trabajando como ayudante de minero en el yacimiento San José cuando ocurrió el derrumbe.
Fue el quinto en ser rescatado y, tras salir de la mina, ha viajado a Estados Unidos, Inglaterra, Grecia e Israel junto con parte de sus compañeros, acogiendo las invitaciones para contar su increíble historia de sobre vivencia.
En diciembre fue dado de alta y hoy no recibe ninguna ayuda sicológica. No ha logrado tampoco conseguir ningún empleo.
Pero pese a lo que le ocurrió, Jimmy desea volver a trabajar en la minería y no está en sus planes estudiar algún otro oficio. "Me gusta lo que hago", dice sobre su trabajo como minero.
Jimmy, como todos los demás mineros, recibió 10.000 dólares del millonario local Leonardo Farkas.
Está claro que le incomoda el tema y cuando se le consulta qué pasó con ese dinero señala: "Me lo gasté comprando mis cosas".
En una de pieza de la modesta casa de Jimmy, su padre, Juan, levantó una especie de santuario con todas las portadas de diarios y revistas y los cientos de recuerdos que atesoran de esa odisea de más de dos meses.
Ahí están las cerca de 60 cartas que Jimmy les escribió desde el fondo de la mina. El traje verde con el que emergió del yacimiento, los lentes que lo protegieron del sol, los gruesos zapatos que usaba adentro y una bandera chilena firmada por cada uno de sus compañeros de encierro.
Su madre acompaña la charla pero habla más bien poco. Juan, en cambio, señala que no le importa que su hijo vuelva a la mina pero siempre y cuando ésta tenga más seguridad.
Juan muestra con orgullo cada uno de los objetos. Se detiene en las cartas y en los frascos de plástico que utilizaba para enviarle a su hijo objetos al interior de la mina. Jimmy, en cambio, sólo los mira de reojo

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