viernes, 26 de agosto de 2011

Nuevos estudios reforzarán la competitividad de la industria pesquera

La Universidad Católica de Chile y la empresa The Thomas Collective se adjudicaron licitaciones para desarrollar dos nuevos estudios que tienen por objetivo mejorar la competitividad del pisco chileno, según informó el Programa de Innovación Territorial (PIT) Nuestro Pisco, entidad público-privada cofinanciada por el Ministerio de Agricultura, a través de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA).

Se trata de “Innovación en el desarrollo de una coctelería en base a pisco, de acuerdo a las preferencias del consumidor en Nueva York” y “Diseño de un sistema de certificación por origen, variedad y tiempo de guarda” que apoyarán la labor del PIT.

La innovación en coctelería permitirá identificar los aspectos que motivan las decisiones de su consumo en Nueva York, profundizando el conocimiento del mercado objetivo en el cual el pisco tendría mayores posibilidades de éxito. Esto es fundamental, ya que diversos estudios realizados muestran comportamientos distintos de los consumidores; por ejemplo, las mujeres se sienten más atraídas por el valor estético del cóctel, en cambio los hombres prefieren presentaciones más sencillas.

También se observa que las mujeres están más dispuestas a leer la carta de cócteles y obtener asesoramiento por el barman, mientras que los hombres tienen su decisión de compra más establecida.

Dado que el pisco es prácticamente desconocido en los Estados Unidos, la educación de barman y mixólogos es importante, porque influyen en los consumidores finales. Por ello, el estudio contempla ejecutar herramientas para crear una “Cocktail identity” de esta bebida, como material audiovisual y un programa de educación, que incluya contenidos básicos, planificación y valorización de acciones concretas para la promoción de esta nueva coctelería orientada al consumidor de Nueva York.

La información generada volverá más eficientes las acciones para posicionar el pisco en Norteamérica, cuya ejecución está siendo contemplada a través de un plan táctico que actualmente diseña el PMC PiscoSpirits.

La duración del primer estudio se estima en seis meses y su realización estará a cargo de The Thomas Collective, empresa estadounidense de relaciones públicas con sede en Nueva York, especializada en la introducción, desarrollo y promoción de destilados. Para su ejecución, la consultora—que actualmente presta servicio para Wines of Chile— incorporará a su equipo un mixólogo de primer nivel.

Denominación de Origen

El segundo estudio busca proponer un sistema de certificación del pisco que, en el mediano o largo plazo, permita ofrecer un sello de garantía sobre aspectos importantes de su Denominación de Origen (D.O.), como son la variedad de uva con la que se produce, el origen de la materia prima y los tiempos de guarda del pisco.

Este es un tema que la Asociación de Productores de Pisco (APP A.G.) viene trabajando hace tiempo, y para el cual cuenta con definiciones sectoriales que servirán de base para el desarrollo del estudio.

La D.O. Pisco establece la existencia de un total de 13 variedades reconocidas por ley como pisqueras, dentro de una zona productiva que abarca las regiones de Atacama y Coquimbo como zona de origen. En relación a esto último, variados estudios demuestran que hay diferencias agroclimáticas dentro de esta franja, que inciden en las características de los sabores y aromas del pisco, con lo cual sería posible acotar y sectorizar el territorio de su D.O.

Finalmente, con este trabajo se aspira a garantizar el tiempo de guarda del producto, aspecto cada vez más valorado por el consumidor, y que cuenta con denominaciones distintas según los tiempos de reposo del pisco, que van desde los 60 hasta los 360 días.

Una vez que se logren los resultados deberán ser analizados y consensuados por los miembros de la APP A.G., a objeto de seleccionar la mejor alternativa que convenga a todos los productores de esta agroindustria, que genera US$ 250 millones al año en ventas y US$ 65 millones en impuestos.

La duración estimada de este estudio es de seis meses, y su realización fue adjudicada recientemente a la Universidad Católica de Chile, entidad que reúne un equipo de profesionales de destacada trayectoria en el diseño e implementación de estos temas para la industria del vino, y que se encargará de incorporar la experiencia acumulada al modelo de certificación que se proponga para este sector.

Según la directora del PIT, Nuestro Pisco, Paulina Cerda, precisó que “la certificación es un elemento cada vez más valorado por los consumidores, debido a que le entrega la certeza de reconocimiento oficial, ahorrándole los riesgos de la compra, es decir, el esfuerzo en la identificación inmediata de las cualidades buscadas, ya sea en el origen, en lo genuino o en métodos de producción”, manifestó.

Por su parte, el gerente de la APP A.G., Fernando Herrera, manifestó que este proceso de certificación necesita ser efectuado por un organismo que legitime el cumplimiento de las operaciones.

“En productos con D.O., tales como el pisco, es importante que el Estado avale directamente el proceso de certificación —este no es el caso que se está analizando para el pisco—, o bien, indirectamente, a través de empresas calificadas que deben ser evaluadas por el ente estatal para aplicar pruebas —por ejemplo, el SAG— para que queden habilitadas para certificar a las empresas productoras".

Ambas investigaciones forman parte de las ocho líneas del PIT Nuestro Pisco, instancia que ejecuta el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), con el cofinanciamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), junto con empresas del sector pisquero.

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